Congeladas... ¡En Vivo!

Desde que descubrimos el amor de Sofí por las canciones de Frozen, todo por una idea loca de su papá de llevarla al cine, y así empezar a vivir una-magia-congelada. Fue que en la casa todo (además de los Minions), empezó a girar en torno a Frozen.

Recuerdo que estaba en Nueva York, en enero del 2014, acababa de pasar Navidad, todo estaba de remate, las tiendas estaban básicamente vacías, nuestro hotel, estaba muy cerca de la tienda de Disney, así que yo iba diario con la esperanza de poder encontrar un peluche de Olaf, cosa que nunca sucedió.

Lo que si sucedió, fue que llegó a México Frozen sobre hielo, empecé a ver la publicidad alrededor de Abril del 2015, tenía ganas de llevar a Sofí, de ver su reacción, ante las luces, los actores, los fuegos artificiales, y el sonido en gran escala.

Por ese tiempo, fue cuando inició su irritabilidad mas fuerte, tenía muchas dudas, pero, mi amiga (casi hermana), me apoyó en todo momento, recuerdo que me dijo "llévala amiga, le va a ayudar" así que decidimos llevar, ella a su hija y yo a Sofí, mi amiga se encargó de comprar los boletos con meses de anticipación.

La irritabilidad de Sofí iba en aumento, paso por estudios, y estudios por citas al doctor y nada parecía ayudarla, cada vez se acercaba mas la fecha de ir a ver Frozen.

Una semana antes de la función, hable con sus terapeutas, el jueves 16 de Julio del 2015, Sofí iba a ver Frozen sobre hielo pasara lo que pasara. Así que me dieron algunos tips para que la niña estuviera bien: asegurarme que hubiera dormido bien, prepararla para la larga función con un chaleco de peso, presentarle estímulos de ese tipo poco a poco, el día de la función que no tuviera un día muy pesado de terapia, llevar juguetes y comida. Todo se preparó con cuidado.

El día se presentaba complicado, Sofí tenía que comer antes (ella come a las 2), la función era a las 4 p.m. pero estábamos muy lejos, teníamos que salir de casa a las 2 o existía la posibilidad de no llegar a tiempo. Mi amiga pasó por mi, había espacio para todos, Sofí, la hija de mi amiga, su hermana, sus dos hijos, y claro ella y yo. Primer reto que Sofí estuviera en un coche nuevo, en una silla nueva, por mas de una hora para llegar a un lugar totalmente desconocido.

Llegamos al lugar, finalmente, Sofí bastante tranquila, pero ya empezaba a estar irritable, pedimos lugar de discapacitados para dejar, el coche, y que nos fuera mas fácil maniobrar con la carreola. ¡qué lugar tan grande!, a caminar, Sofí ya se quería bajar de la carreola, no entendía donde estaba, mucha gente, muchos estímulos no identificaba nada de lo que sucedía.

Primer inconveniente, llegamos a un punto en el lugar y nos dicen "lo siento ya no pueden pasar con la carreola, la tiene que dejar en el guardarropa" ¿qué? me esta hablando en serio, pues si muy en serio, no hubo remedio, por mas que les explicamos la situación de Sofí... dejamos la carreola, obvio no quería caminar, y hubo que cargarla aguantando su inquietud y deseo de jalar y morder.

Finalmente estábamos en nuestros lugares, (excelentes por cierto), faltaban 20 minutos para que iniciara... ella y yo cansadas y todavía no había empezado, se le presentaron uno a uno sus juguetes, se entretenía por minutos... que iba a hacer... su irritabilidad iba en aumento.

En eso algo maravilloso, claro, al muy estilo Disney aparecieron los juguetes, ella puso atención a lo que traía el vendedor, este entendió sin palabras lo que estábamos viviendo, le acercó los mas luminosos y llamativos a Sofí, yo le pregunte cual quería, y automáticamente señaló uno, y lo tomó (yo ya había analizado la mercancía y creo que escogió el que yo le hubiera comprado), obviamente se lo compré inmediatamente, era la primera vez en su vida que me pedía un juguete. Yo brincaba de emoción.

Otro inconveniente, seguia inquieta, parecía que quería ir al baño, ni modo manos a la obra, el show, estaba iniciando, nosotras corriendo al baño, al cambiador, rápido cambiar el pañal, para que ni hubiera accidentes, lo bueno de todo esto es que como el show ya había empezado, en baño estaba vacío, así que cambiarla fue relativamente fácil.

Regresamos a nuestros lugares, Sofí muy inquieta, yo pedía con todo mi corazón, que iniciara su canción favorita, hubo que contenerla varias veces, y en eso sucedió, se escucharon los primeros compases de "Y si hacemos un muñeco" y ella se transformó se empezó a reír, y a poner atención, se le bajó la irritabilidad. Cabe mencionar, que la diversión duró poco, había viajado 2 horas en coche, para escuchar esa canción, y la producción, decidió "hacer la versión corta", le quitaron 3 estrofas, yo la verdad no sabía si reír o llorar, opte por reír porque Sofí estaba muy contenta, a la fecha me preguntó ¿por qué decidieron cortar una de las canciones mas populares?

A partir de ese momento, Sofí se comportó como una niña de 5 años, viendo un show de hielo, increíblemente puso atención a casi todo el show, en cada canción su transformación volvía a suceder,  realmente disfrutó la canción "Libre Soy", su risa en ese momento valió la pena, toda la preparación, la irritabilidad de antes, el golpe que me dio con la cabeza, etc.

El intermedio fue pesado, 15 minutos tratando de contenerla, caminaba ansiosa por todos lados, mi amiga y yo ya no sabíamos que hacer con ella, se nos estaba acabando el repertorio de canciones.

Inicia el segundo acto. Ella vuelve a poner atención, en eso algo increíble sucede, mi amiga me ofrece palomitas de maíz (algo muy normal, en un show como este), Sofí nunca, pero nunca me había aceptado palomitas ni nada parecido, instintivamente le ofrezco la botana a mi niña, y cual va siendo mi sorpresa, que sin quitar la vista del escenario, empezó a tomar las palomitas y a comerlas, desde entonces son su botana favorita.

El show, termina con un gran popurrí de las canciones, ella se ríe y lo disfruta. El regreso al coche, largo, cargarla un rato, hacer cola para la carreola, y caminar al coche, ella cansada algo irritable, pero muy manejable.

Casi dos horas después de que terminó el show llegamos a la casa, Sofí estaba excelentemente bien, si cansada, si con hambre, pero ¿qué niño no lo estaría después de tremenda aventura?

Cenó de maravilla, y se durmió en el instante.

La preparación, el miedo, los pequeños momentos de irritabilidad, la mordida, las 4 horas de coche, los brazos adoloridos por la contención, valieron totalmente la pena. Sofí puso atención, se identificó con el show, estuvo contenta, escuché su risa, y vi su sonrisa, no puedo pedir mas, la tarde perfecta, madre e hija. Claro que nunca lo hubiera logrado sin el apoyo de mi amiga, que siempre me impulsó a llevarla, y me acompañó y me ayudó en todo el proceso.

Sofí fue feliz, y fue capaz de "Hacer un muñeco" en mi corazón, y en mi realidad con ella.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario