Una magia congelada.

Cuando en México se estrenó la película Frozen, Sofí nunca había estado en una sala de cine, es mas yo no creía posible que su estancia en un lugar así pudiera ser parte de nuestra realidad.

Yo siempre he sido fiel seguidora de todas las películas de Disney, mi marido, me invitó a ver Frozen, saliendo de la película me dijo: "Tenemos que traer a Pitizi", a lo cual yo respondí: ¿estás loco?, ¿cómo crees?, la niña no pone atención a nada, y no se esta quieta.

Finalmente me convenció de llevarla.

Investigué los horarios, la mejor hora para Sofí es en la mañana, también pregunte en el cine que opciones había para que nos dejaran entrar con la carreola, (en ese tiempo todavía no caminaba), invitamos a sus abuelos. Todo planeado. Llevé una gran pañalera con todo lo necesario, juguetes, agua, leche, comida, en fin todo y mas.

Llegamos al cine con tiempo, era la primera función estaba relativamente vacío, fue un domingo en la mañana, era diciembre del 2013.

Entramos a la sala, como me lo esperaba, ella no quería estar sentada, estaba inquieta, su papá fue por un helado, para ver si se lograba calmar, en realidad el helado no funcionó, en ese entonces no le gustaba como hasta ahora.

Lo que si la calmó, fue cuando inició un pequeño corto de Mickey Mouse, yo no lo podía creer, estaba poniendo atención, no la asustó la oscuridad, ni el alto sonido de la sala de cine.

Inicia la película, sigue poniendo atención, esta contenta, se ríe con las canciones, y cuando empieza la canción de "Y si hacemos un muñeco" ella se transforma se incorpora, no puede estar mas feliz.

Las partes en donde no hay canción, no fueron mucho de su agrado, ahí hubo que entretenerla, ya se quería ir, pero cada vez que estábamos dispuestos a salir del cine, empezaba una nueva canción, y ella volvía a estar atenta.

Después de la canción de "Libre Soy", ya estaba cansada y decidió tomar una pequeña siesta. Se veía contenta.

Despierta casi al final de la película y no enojada, no se quiere ir, sigue atenta, es la parte donde Ana esta casi congelada y trata de salvar a su hermana Elsa, todo el cine en silencio, es la parte mas dramática de la película, pero Sofí en ese instante, entendiendo la seriedad del momento, decide contribuir, con uno de sus particulares sonidos.... "Ay...ti,ti,ti,ti"

Su papá se preocupa, hay mas personas en el cine, y Sofí con sus sonidos los puede estar interrumpiendo, yo no puedo estar mas feliz, estaba intercalando, recibiendo información de una película, estaba contenta.

Ese día será difícil que lo olvide, desde entonces en mi casa cada vez que Sofí quiere escuchar música, ponemos play, escuchamos las particulares notas, y la voz de la pequeña Ana diciendo "Y si hacemos un muñeco", para acto seguido escuchar la risa, una risa que es maravillosa.

Sofí no es como las demás niñas, ella no baila "Libre Soy", ella se ríe y se identifica con la música de la canción "Y si hacemos un muñeco", la escucha en varios idiomas, y en todos la música saca de ella una sonrisa.

Bailamos y cantamos, y si, con la magia congelada, somos libres por momentos del terrible síndrome de west.

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